El proyecto consiste en una remodelación integral de un residencial hotelero ubicado en Punta Cana y construido a finales de los años 90. La parte en la que nos centramos es la de la remodelación integra de las fachadas de cada una de las 61 villas, convirtiéndolas en una villa única y diferenciándolas por códigos de color.
Partiendo de la policromía creada por Le Corbusier se puede plantear asignar un color por villa de modo que todo el proyecto se una cromáticamente. Contamos con 61 villas en total para todo el proyecto. Pudiendo asignar una gama de tonos fríos en la zona sur del proyecto y degradar hasta colores más cálidos según nos acercamos a la playa en la zona norte de la parcela.
Toda la propuesta cromática se puede articular diferenciando por zonas, aplicando un tono diferenciador. Utilizamos el esquema cromático como soporte a la orientación de los clientes, tomando como referencia el proyecto de la T4 del aeropuerto de Barajas.
Edificaciones Existentes
LA FACHADA COMO ESCULTURA.
Resulta crucial renovar la fachada acorde a la arquitectura local, manteniendo la gama cromática planteada anteriormente, nos centramos en su acceso, el cual ha de ser extremadamente llamativo, casi escultórico.
Partiendo de un volumen de edificio donde predominan las líneas rectas, planteamos una rotura de esta visión global, instalando una gama de celosías a 45º las cuales tamizan la iluminación interior, destacan el acceso, potencian la sensación global de la fachada y acompañan hasta nuestro interior de habitaciones, donde encontramos nuevamente las celosías en los baños.
Igualmente, se plantean a modo de marquesinas triangulares en las terrazas del nivel 2, una celosía que genera sombras e intimidad al mismo tiempo, a nuestros clientes.
Es de vital importancia que la totalidad de las celosías planteadas, tanto en el interior como en las fachadas, sean del mismo tono de madera para conseguir enfatizar el conjunto.
